Última actualización 26/05/2023 por myspanishsoul
Como ya te cuento por Instagram, hace ya algo más de una semana que aterrizamos de nuevo en Alemania. ¡Ay cómo cuesta la vuelta a la rutina! Volvemos llenos de energía y con un montón de recuerdos y fotos. (Esta vez sí, me he propuesto hacer un álbum, que si no luego se quedan en el ordenador y nadie vuelve a acordarse de ellas). Aunque siempre me sorprende comprobar lo pronto que se olvidan esos días de relax.
La vuelta a la rutina
Después de tantas semanas rodeada de familia y amigos, vuelta a la normalidad. Es decir, a que tu bebé sea un apéndice más de tu cuerpo. ¿Vas al médico? Allí va él. ¿A la compra? Pues también. ¿Que has quedado con una amiga para un café y así «despejarte»? Pues suerte y a ver si te deja. Vuelta a un segundo plano, (allí donde estabas al comienzo de las vacaciones y donde no te veías tan mal), después de todos esos días en los que has tenido siempre una mano que te ha descargado de tanta dedicación.
Primer día tras las vacaciones
Mr B se va temprano a trabajar y a mí me quedan por delante dos maletones de ropa por lavar y colocar, limpieza general después de más de un mes con la casa cerrada, y un bebé que no me quiere perder de vista ni un segundo. (El pobre dirá, ¿dónde se han metido todos?). Llega la noche y mi sentido del humor está bajo mínimos. Mejor que no me hablen. Quiero cenar algo y sobre todo, ¡dormir!
Segundo día tras las vacaciones
Nuestro hogar ya va tomando color, aunque aún queda por hacer «una señora compra» en el supermercado (que el frigorífico está que da pena) y meterme en la cocina para ir teniendo fiambreras congeladas para los imprevistos. De repente notas que se te llena la agenda (o quizás sea yo la que se necesita llenársela entre lavadora y secadora). El cambio de ruedas del coche (las de invierno por las de verano), la visita de rigor al médico o toda esa gente a la que estás deseando ver después de tantos días fuera.
Pero no todo va a ser negativo…
También hay cosas que disfruto de esta vuelta a la rutina y que olvidaba que echaba de menos. Como recuperar las costumbres (mis costumbres) de siempre. Andar descalza sin que nadie me diga que me voy a resfriar. (¿No te pasa que te lo dicen mil veces cuando estás en España?) Acurrucarme en mi cama o estar media hora bajo la ducha con el agua casi en su punto de ebullición. Después de tantas semanas desayunando Cornetto con Nutella, necesitaba recuperar los desayunos de pan de cereales con aceite y pavo, y disfrutar de nuevo de ese café con espuma que tanto me gusta. Volver a las cenas ligeras y retomar esa serie que habíamos dejado a medias.
En el fondo es como una vuelta a empezar
La vuelta a la rutina después de tantos días me recuerda a los comienzos de año. Después de todas las fiestas, las reuniones con amigos y el reencuentro con familiares, te planteas el punto de comienzo y qué te gustaría conseguir en los próximos meses. Donde estás y hacia donde te gustaría dirigirte. Es la continuación de esa desconexión para poder volver a empezar (y darlo todo. Las cosas, ya que se hacen, que se hagan bien 😉 ).
Esta sensación de melancolía y algo de tristeza con cada vuelta a la rutina, es algo que me persigue sin importar el tiempo que llevo aquí ni mis circunstancias. Cuando me voy a España o de vacaciones, pienso poco en lo que dejo aquí. Me limito a disfrutar al máximo cada momento allí donde vaya. Pero cuando vuelvo, es como un jarro de agua fría. Vuelta a los días nublados, la lluvia y la falta de luz. Vuelta a una sociedad mucho más reservada en todos los aspectos. Vuelta a la soledad de una madre que se queda cuidando de su bebé a tiempo completo mientras los demás trabajan (porque esto que nosotras hacemos no es un trabajo, eso ya lo sabes tú).
Pienso que estas pequeñas crisis tras las vacaciones no son sólo cosa mía. Pienso que la rapidez con la que la superes es directamente proporcional al número de buenos amigos que allí a donde vuelves, te esperen. Y el trabajito que cuesta hacerse un grupito de amigos, de los de verdad, cuando vives fuera. Que para tomar una cerveza de vez en cuando cualquiera es bueno.
Y a ti, ¿tienes sensaciones parecidas cuando regresas de las vacaciones? ¿Se te olvidan esos días de relax un segundo después de cruzar la puerta de tu casa? ¿Tienes algún truco para que la vuelta a la rutina se haga más llevadera?
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